MERCAR PARA UNO: LECCIONES DE SUPERVIVENCIA

Comprar víveres para ti solo es un reto. Aquí te aconsejamos cómo lo debes hacer para evitar los excesos y mantener el balance en tus comidas.

Abrir la nevera y verla casi vacía. Encontrar en la despensa galletas, un pan que a duras penas ha resistido a la humedad o la misma preparación para siete cenas seguidas, puede ser un escenario común si vives solo. Seguramente, también te has frustrado cuando la mitad de los artículos que compraste terminan en el bote de la basura, incluso, antes de probarlos.

Según el estudio Relationship between living alone and food and nutrient intake, realizado por Katherine Hanna y Peter Collins de la Universidad de Queensland, “las personas que viven solas no tienen una ingesta de alimentos diversa y la ausencia de motivación a la hora de cocinar los lleva a optar por platos sencillos o precocidos de bajo valor nutricional, con lo cual se concluye que la soledad es un indicador de mala nutrición”.

Frente a esto, y con asesoría de la nutricionista Daniela Ovallos, Especialista en Nutrición Deportiva y Fitness de la Universidad de Pamplona, te damos algunos tips para que aprendas a elegir de manera consciente a la hora de enfrentarte a tus compras. 

Haz una lista y un presupuesto

Antes de aventurarte en las compras, determina qué te hace falta, ordena la lista por tipos de alimentos y establece un límite de dinero para evitar tentaciones o gastar más de lo presupuestado.

Menos, es más

El 2X1 llama la atención, pero si compras más de lo que realmente necesitas puedes desperdiciar. Es mejor adquirir alimentos en cantidades pequeñas y los perecederos conseguirlos el día que los vas a utilizar. Una buena opción, especialmente en las tiendas mayoristas, es comprar junto a un amigo o familiar y dividir los productos. También puedes hacer un plan de comidas para garantizar que vas a utilizar los ingredientes en diferentes recetas, por ejemplo, los vegetales que usas para preparar una ensalada, también puedes cortarlos en bastones para consumirlos como snacks, saltearlos o procesarlos para una sopa.

Enlatados y congelados

Los alimentos frescos son la opción más apetecible, pero siempre habrá un día en el que llegues cansado y los enlatados o congelados serán tus aliados. Lo importante es que no se conviertan en la única alternativa a la hora de alimentarte.

Infaltables en tu despensa

Existe una gran variedad de frutas y verduras para que experimentes y, a pesar de que muchas no resistan al paso del tiempo, puedes congelarlas sin afectar su valor nutricional. Igualmente, procura cubrir todos los grupos de macronutrientes: carbohidratos (granos, cereales para el desayuno, galletas integrales, pastas y leguminosas), proteínas (carnes magras, queso y huevos) y grasas (nueces, semillas y aceites vegetales).

Revisa el vencimiento 

Verifica la fecha de elaboración y caducidad para determinar qué debes consumir primero. Incluso, puedes hacer una lista y enumerar los artículos, así cuando te preguntes ¿qué voy a preparar hoy? acudas a aquellos ingredientes que se vencen próximamente.

Haz que la comida sea divertida

Cuando ya estés en la cocina, escucha tu playlist favorita y aprovecha la oportunidad de estar solo para experimentar nuevos sabores o preparaciones. ¿Qué tal si pruebas el uso de bases o sazonadores? Son prácticos y les darán a tus alimentos un toque especial.

Redacción: conestlecontigoco

Fecha de publicación: Mié, 02/09/2020 - 09:35

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